Los licántropos son metamorfos que tienen rasgos de humano y de lobo. Son muy temidos por su agresividad y sus naturaleza malvada, aunque hay excepciones: hay licántropos que son muy salvajes y otros que son tan dóciles como un perro. Un licántropo tiene dos formas de licantropía; la de humano y la de lobo. En su forma humanoide son totalmente indistinguibles de resto de humanos.
Su tamaño, inteligencia y demás características son las mismas que las de cualquier hombre o mujer. La forma de lobo es totalmente idéntica a la de cualquier lobo común de gran tamaño, excepto por sus ojos, que brillan en la oscuridad.
Son rastreadores natos, y su aullido puede paralizar a cualquiera que esté cerca. Pueden ver en la oscuridad y mantienen una visión compartida entre la manada, además de una regeneración más rápida de lo normal. La táctica del hombre lobo es el ataque por sorpresa, acercándose con cuidado y aprovechando sus afilados colmillos para morder y desgarrar a sus víctimas.
De sus enemigos naturales, los vampiros, han adoptado (nota: leer trama 4) la velocidad y la fuerza.
Altos cargos:
—Líderes: Shawn Winnick y Jenna Coffey.
—Ayudantes de los líderes: (libre) y Rose Coffey.
—Jefe del escuadrón de centinelas: (libre)
—Jefe del escuadrón de guerreros: (libre)
Su tamaño, inteligencia y demás características son las mismas que las de cualquier hombre o mujer. La forma de lobo es totalmente idéntica a la de cualquier lobo común de gran tamaño, excepto por sus ojos, que brillan en la oscuridad.
Son rastreadores natos, y su aullido puede paralizar a cualquiera que esté cerca. Pueden ver en la oscuridad y mantienen una visión compartida entre la manada, además de una regeneración más rápida de lo normal. La táctica del hombre lobo es el ataque por sorpresa, acercándose con cuidado y aprovechando sus afilados colmillos para morder y desgarrar a sus víctimas.
De sus enemigos naturales, los vampiros, han adoptado (nota: leer trama 4) la velocidad y la fuerza.
Altos cargos:
—Líderes: Shawn Winnick y Jenna Coffey.
—Ayudantes de los líderes: (libre) y Rose Coffey.
—Jefe del escuadrón de centinelas: (libre)
—Jefe del escuadrón de guerreros: (libre)
Masculinos
![Imagen](/uploads/8/0/0/6/80064202/published/tumblr-pnpy48pk8t1rsebyfo1-1280.png?1571933060)
NOMBRE: Shawn Douglas Winnick.
EDAD: 38 años.
ESPECIE: Licántropo.
OCUPACIÓN: Alfa; tiene un refugio de animales.
HISTORIA: La vida de Shawn no ha sido la más normal sin duda, pero tampoco sería la más terrible entre tantas historias.
Un niño que vivió con su madre, Stella, la cual perdió a su marido a causa de un cáncer terminal al poco tiempo de quedar embarazada. Shawn siempre ha sido un joven muy agradecido con la mujer que le dio la vida e hizo lo imposible para que siempre tuviera todo lo que necesitara, pero claro, la educación se volvió complicada conforme el chico comenzó a crecer sin una figura paterna, lo que a veces provocaba que la mujer se aislase de Shawn y la convivencia fuera tensa
Pero claro, había una razón para estar tenso; Shawn fue atacado por un extraño animal a los once años y a partir de entonces empezó a notar diversos cambios en él, incluido su carácter. Shawn quería contarle lo ocurrido a su madre pero había algo que se lo impedía, como si de alguna forma supiera que tenía que guardar el secreto.
Conforme su primera luna llena se acercaba comenzó a experimentar mareos, náuseas y unas extrañas pesadillas sobre lobos con forma humanoide. Al principio creyó que todo se debía a que tenía una especie de trauma con el ataque que sufrió o al cansancio pero en los más hondo de su ser, de forma inconsciente, sabía que no era así; que algo dentro de él estaba cambiando. Lo confirmó cuando llegó la luna llena y entró en fase por primera vez. A la mañana siguiente, la madre de Shawn lo encontró en el bosque cubierto de hojas y barro. No es que no guarde muy buen recuerdo de esa noche, es que apenas y recuerda algo que no sea el intenso dolor que sintió cuando su huesos se alargaron y quebraron, cuando su piel se abrió para dejar paso al pelaje del lobo; pero sobre todo recuerda lo salvaje que se sintió, como si fuera una animal hambriento que destrozaría todo lo que encontrase a su paso.
Claro está que daba igual que no se acordara de lo sucedido, Shawn tuvo que contarle a su madre con pelos y señales todo lo que había ocurrido desde el ataque del animal hasta la mañana que lo encontró en el bosque. La mujer, lejos de asustarse, se comprometió a ayudar a su hijo a controlarse y a mantenerlo bajo llave en las noches de luna llena. Stella intentó hacerlo lo mejor que pudo en los siguientes años pero ver a su hijo de aquel modo era demasiado para ella, que ya había perdido mucho con la muerte de su marido, así que decidió llevarlo a donde pudieran ayudarlo a con su nueva naturaleza, donde le enseñaran a transformarse y a controlarse, donde pudiera llevar una vida normal en la que no tuviera que esconder qué era y pudiera sentirse orgulloso. De esa manera, Shawn llegó a Heaven's Town.
La personalidad de Shawn ha cambiado mucho a lo largo de los años: parecía muy amable, aunque un poco tímido alrededor de las chicas, fácil de sucumbir a sus coqueteos. Sin embargo, pasó de estar feliz a estar malhumorado y temperamental. Esto se debió al cambio de fase y experimentar la vida en forma de lobo aunque, ahora que ha superado el cambio por completo, ha vuelto a su personalidad alegre y optimista de siempre. Pero eso no significa que no pueda ser un poco tosco y desagradable a veces.
CURIOSIDADES:
—Fue de los primeros licántropos en llegar a Heaven's Town y uno de los fundadores de la manada, por eso es el macho beta.
—Sale al mundo humano muy a menudo para visitar a su madre.
FC: Tom Hardy.
ESTADO: OCUPADO.
EDAD: 38 años.
ESPECIE: Licántropo.
OCUPACIÓN: Alfa; tiene un refugio de animales.
HISTORIA: La vida de Shawn no ha sido la más normal sin duda, pero tampoco sería la más terrible entre tantas historias.
Un niño que vivió con su madre, Stella, la cual perdió a su marido a causa de un cáncer terminal al poco tiempo de quedar embarazada. Shawn siempre ha sido un joven muy agradecido con la mujer que le dio la vida e hizo lo imposible para que siempre tuviera todo lo que necesitara, pero claro, la educación se volvió complicada conforme el chico comenzó a crecer sin una figura paterna, lo que a veces provocaba que la mujer se aislase de Shawn y la convivencia fuera tensa
Pero claro, había una razón para estar tenso; Shawn fue atacado por un extraño animal a los once años y a partir de entonces empezó a notar diversos cambios en él, incluido su carácter. Shawn quería contarle lo ocurrido a su madre pero había algo que se lo impedía, como si de alguna forma supiera que tenía que guardar el secreto.
Conforme su primera luna llena se acercaba comenzó a experimentar mareos, náuseas y unas extrañas pesadillas sobre lobos con forma humanoide. Al principio creyó que todo se debía a que tenía una especie de trauma con el ataque que sufrió o al cansancio pero en los más hondo de su ser, de forma inconsciente, sabía que no era así; que algo dentro de él estaba cambiando. Lo confirmó cuando llegó la luna llena y entró en fase por primera vez. A la mañana siguiente, la madre de Shawn lo encontró en el bosque cubierto de hojas y barro. No es que no guarde muy buen recuerdo de esa noche, es que apenas y recuerda algo que no sea el intenso dolor que sintió cuando su huesos se alargaron y quebraron, cuando su piel se abrió para dejar paso al pelaje del lobo; pero sobre todo recuerda lo salvaje que se sintió, como si fuera una animal hambriento que destrozaría todo lo que encontrase a su paso.
Claro está que daba igual que no se acordara de lo sucedido, Shawn tuvo que contarle a su madre con pelos y señales todo lo que había ocurrido desde el ataque del animal hasta la mañana que lo encontró en el bosque. La mujer, lejos de asustarse, se comprometió a ayudar a su hijo a controlarse y a mantenerlo bajo llave en las noches de luna llena. Stella intentó hacerlo lo mejor que pudo en los siguientes años pero ver a su hijo de aquel modo era demasiado para ella, que ya había perdido mucho con la muerte de su marido, así que decidió llevarlo a donde pudieran ayudarlo a con su nueva naturaleza, donde le enseñaran a transformarse y a controlarse, donde pudiera llevar una vida normal en la que no tuviera que esconder qué era y pudiera sentirse orgulloso. De esa manera, Shawn llegó a Heaven's Town.
La personalidad de Shawn ha cambiado mucho a lo largo de los años: parecía muy amable, aunque un poco tímido alrededor de las chicas, fácil de sucumbir a sus coqueteos. Sin embargo, pasó de estar feliz a estar malhumorado y temperamental. Esto se debió al cambio de fase y experimentar la vida en forma de lobo aunque, ahora que ha superado el cambio por completo, ha vuelto a su personalidad alegre y optimista de siempre. Pero eso no significa que no pueda ser un poco tosco y desagradable a veces.
CURIOSIDADES:
—Fue de los primeros licántropos en llegar a Heaven's Town y uno de los fundadores de la manada, por eso es el macho beta.
—Sale al mundo humano muy a menudo para visitar a su madre.
FC: Tom Hardy.
ESTADO: OCUPADO.
![Imagen](/uploads/8/0/0/6/80064202/2247cbec8f6c765ec70bb49c58edd477_orig.png)
NOMBRE: Dereck Coffey.
EDAD: 33 años.
ESPECIE: Licántropo.
OCUPACIÓN:
HISTORIA: Dereck nació en Denali, Alaska, al igual que toda su familia siendo así el hijo mayor de Magnus y Cecily Coffey. Claro que la familia Coffey no era normal: descendían de una larga estirpe de licántropos. Tanto era así que Magnus era el alfa de la manada local.
Dereck, al ser el primogénito, fue nombrado heredero del cargo pero la cosa cambió al nacer su hermana Jenna. La niña había nacido con el espíritu de Alaska o, mejor dicho, ella era tal espíritu y eso hizo que ella fuera la primera en la línea de sucesión al cargo de alfa. No todas las generaciones tenían el privilegio de ser lideradas por el espíritu de Alaska, además ella demostraba unas capacidades que ningún licántropo vivo poseía. Igualmente, Dereck siguió con el entrenamiento aunque pasó a un segundo plano.
Pero Jenna era rebelde por naturaleza, no se la podía contener, y en cuanto tuvo el suficiente raciocinio para comprender que lo que estaban haciendo con ella era obligarla a ser algo que ella no quería se rebeló. Nadie se atrevió a contradecirla así que Dereck volvió a ser el primero en la línea sucesoria y no se volvieron a hacer cambios, ni siquiera cuando Rose, la hermana más pequeña y nacida años después de Jenna, dio muestras de que también sería una gran loba. Aparentemente, todo había acabado de forma pacífica pero la rebelión de Jenna dio paso a un ambiente hostil en el hogar familiar, al menos entre ella y los padres de los chicos.
Mientras Jenna y Rose eran adiestradas en el arte de la cacería, Dereck siguió con su formación pero ésta terminó antes de lo esperado cuando su padre fue asesinado por los humanos en una cacería que estos organizaron. Y así fue como un chico de solo diecisiete años se convirtió en líder de una manada de lobos salvajes y hostiles hacia los humanos por haber asesinado a su anterior macho alfa. Al principio, Dereck cometió muchos fallos puesto que, sin el consejo de su padre estaba perdido, pero con la ayuda de Jenna y su madre supo cómo recomponerse y proteger a su familia. A partir de entonces, desarrolló un enorme instinto de sobreprotección hacia sus hermanas, sobre todo hacia Rose.
En poco tiempo se convirtió en un auténtico líder: fuerte, valiente, justo, capaz de hacer lo impensable para proteger a los suyos. Era admirado por todos en la manada, pero aquella relativa paz duró muy poco ya que la envidia no tardó en aflorar en los corazones de algunos licántropos.
Un día los traidores le tendieron una emboscada de la que Dereck casi no sale vivo; por suerte, su hermana Jenna estaba lo suficientemente cerca como para evitar que le pasara algo. Después de aquello, la familia Coffey tuvo que huir de su hogar, ya que no era seguro para ellos. Vagaron por distintas ciudades de Estados Unidos, pero en ninguna pudieron quedarse por mucho tiempo, debido a la población humana. En esos años, falleció su madre.
Fue entonces cuando el chico se hizo cargo de sus hermanas. Pero no todo fue un camino de rosas.
La complicada vida que llevaban los tres hermanos, sumada a la crianza de la más pequeña de ellos y a las continuas discusiones con Jenna, hicieron que los tres se separaran durante un largo tiempo hasta que se reencontraron en Heaven's Town.
Allí, Dereck tomó el cargo de alfa pero sus problemas personales y lo mala que se había vuelto la relación con sus hermanas, lo llevaron al borde de colapso y acabó desentendiéndose por completo de la manada hasta el punto en que le dio exactamente igual que su propio beta y la mismísima Jenna le arrebataran el puesto.
En cuanto a personalidad, Dereck Coffey es un hombre muy serio y también sensato, ya que siempre ha tenido que cargar con grandes responsabilidades, lo que no dejaba espacio para nada más en su vida. Eso lo ha llevado a sentirse un poco sólo a lo largo de esta y ahora que no tiene que ocuparse de la manada ni tampoco de sus hermanas está bastante perdido, lo que a veces lo lleva a buscarse problemas innecesarios. Pero en realidad es bueno, fuerte y leal, sólo tiene que aclarar sus ideas y decidir qué va a hacer ahora.
CURIOSIDADES:
―Ha sido destituido del cargo de alfa recientemente.
―Tiene una importante adicción al tabaco que no ha hecho más que acentuarse en los últimos meses.
―Se encuentra buscando trabajo.
―Casi siempre se le puede ver en el morte, el bar de las banshees.
―Está casado con Hazel Coleman, la líder de los ángeles. Una noche se pasaron de copas y acabaron pasando por el altar pero el consumo de alcohol fue tal que apenas guarda recuerdos de esa noche o de que está casado.
FC: Sebastian Stan.
ESTADO: OCUPADO.
EDAD: 33 años.
ESPECIE: Licántropo.
OCUPACIÓN:
HISTORIA: Dereck nació en Denali, Alaska, al igual que toda su familia siendo así el hijo mayor de Magnus y Cecily Coffey. Claro que la familia Coffey no era normal: descendían de una larga estirpe de licántropos. Tanto era así que Magnus era el alfa de la manada local.
Dereck, al ser el primogénito, fue nombrado heredero del cargo pero la cosa cambió al nacer su hermana Jenna. La niña había nacido con el espíritu de Alaska o, mejor dicho, ella era tal espíritu y eso hizo que ella fuera la primera en la línea de sucesión al cargo de alfa. No todas las generaciones tenían el privilegio de ser lideradas por el espíritu de Alaska, además ella demostraba unas capacidades que ningún licántropo vivo poseía. Igualmente, Dereck siguió con el entrenamiento aunque pasó a un segundo plano.
Pero Jenna era rebelde por naturaleza, no se la podía contener, y en cuanto tuvo el suficiente raciocinio para comprender que lo que estaban haciendo con ella era obligarla a ser algo que ella no quería se rebeló. Nadie se atrevió a contradecirla así que Dereck volvió a ser el primero en la línea sucesoria y no se volvieron a hacer cambios, ni siquiera cuando Rose, la hermana más pequeña y nacida años después de Jenna, dio muestras de que también sería una gran loba. Aparentemente, todo había acabado de forma pacífica pero la rebelión de Jenna dio paso a un ambiente hostil en el hogar familiar, al menos entre ella y los padres de los chicos.
Mientras Jenna y Rose eran adiestradas en el arte de la cacería, Dereck siguió con su formación pero ésta terminó antes de lo esperado cuando su padre fue asesinado por los humanos en una cacería que estos organizaron. Y así fue como un chico de solo diecisiete años se convirtió en líder de una manada de lobos salvajes y hostiles hacia los humanos por haber asesinado a su anterior macho alfa. Al principio, Dereck cometió muchos fallos puesto que, sin el consejo de su padre estaba perdido, pero con la ayuda de Jenna y su madre supo cómo recomponerse y proteger a su familia. A partir de entonces, desarrolló un enorme instinto de sobreprotección hacia sus hermanas, sobre todo hacia Rose.
En poco tiempo se convirtió en un auténtico líder: fuerte, valiente, justo, capaz de hacer lo impensable para proteger a los suyos. Era admirado por todos en la manada, pero aquella relativa paz duró muy poco ya que la envidia no tardó en aflorar en los corazones de algunos licántropos.
Un día los traidores le tendieron una emboscada de la que Dereck casi no sale vivo; por suerte, su hermana Jenna estaba lo suficientemente cerca como para evitar que le pasara algo. Después de aquello, la familia Coffey tuvo que huir de su hogar, ya que no era seguro para ellos. Vagaron por distintas ciudades de Estados Unidos, pero en ninguna pudieron quedarse por mucho tiempo, debido a la población humana. En esos años, falleció su madre.
Fue entonces cuando el chico se hizo cargo de sus hermanas. Pero no todo fue un camino de rosas.
La complicada vida que llevaban los tres hermanos, sumada a la crianza de la más pequeña de ellos y a las continuas discusiones con Jenna, hicieron que los tres se separaran durante un largo tiempo hasta que se reencontraron en Heaven's Town.
Allí, Dereck tomó el cargo de alfa pero sus problemas personales y lo mala que se había vuelto la relación con sus hermanas, lo llevaron al borde de colapso y acabó desentendiéndose por completo de la manada hasta el punto en que le dio exactamente igual que su propio beta y la mismísima Jenna le arrebataran el puesto.
En cuanto a personalidad, Dereck Coffey es un hombre muy serio y también sensato, ya que siempre ha tenido que cargar con grandes responsabilidades, lo que no dejaba espacio para nada más en su vida. Eso lo ha llevado a sentirse un poco sólo a lo largo de esta y ahora que no tiene que ocuparse de la manada ni tampoco de sus hermanas está bastante perdido, lo que a veces lo lleva a buscarse problemas innecesarios. Pero en realidad es bueno, fuerte y leal, sólo tiene que aclarar sus ideas y decidir qué va a hacer ahora.
CURIOSIDADES:
―Ha sido destituido del cargo de alfa recientemente.
―Tiene una importante adicción al tabaco que no ha hecho más que acentuarse en los últimos meses.
―Se encuentra buscando trabajo.
―Casi siempre se le puede ver en el morte, el bar de las banshees.
―Está casado con Hazel Coleman, la líder de los ángeles. Una noche se pasaron de copas y acabaron pasando por el altar pero el consumo de alcohol fue tal que apenas guarda recuerdos de esa noche o de que está casado.
FC: Sebastian Stan.
ESTADO: OCUPADO.
![Imagen](/uploads/8/0/0/6/80064202/published/lobo3.jpg?1565883174)
NOMBRE: Tyler James Hawkings.
EDAD: 28 años.
ESPECIE: Licántropo.
OCUPACIÓN: Trabaja con Shawn en el refugio de animales.
HISTORIA: El 16 de septiembre de 1992 llegaron al mundo los gemelos Hawkings: Tyler y Helena, apodados Ty y Lena. A pesar de compartir y ser prácticamente iguales en muchas cosas, eran muy diferentes entre sí: Tyler era el divertido y optimista, confiado, se metía donde lo llamaban y donde no, y tenía una gran facilidad para hacer amigos y ser el centro de atención mientras que Helena era la intelectual, la dulce y amable, sabia quedarse al margen de los problemas y no se metía en la vida de los demás; en resumen, eran las dos caras de una misma moneda. Ambos chicos se complementaban el uno al otro y se mostraban completamente diferentes cuando estaban solos pues Ty era más tranquilo y sosegado, y Lena más abierta y cálida. Sobra decir, que los gemelos se protegían con uñas y dientes, e iban juntos a todas partes; compartían una conexión muy especial que solo aquellos que son gemelos pueden experimentar.
Nacieron dentro de una familia de clase alta; sus padres eran extremadamente adinerados por los que ni a éstos ni a sus hermanas, Olympia y Bega, la más mayor y la más pequeña respectivamente, les faltó nunca nada material. Pero sí que les faltó el calor del hogar. Los señores Hawkings miraban demasiado por las apariencias y el qué dirán como para prestar atención a sus hijos, sobre todo el señor Hawkings, que a veces se pasaba de déspota e incluso bruto. Los hermanos podían llevarse como sólo los hermanos podían hacerlo pero siempre se unían en contra de su padre e intentaban ayudarse en medida de lo posible.
Los años pasaron y los gemelos dejaron atrás la infancia para entrar en la pre-adolescencia, dejando atrás también la inocencia infantil. El tiempo hizo de ellos unos chicos maduros, inteligentes, astutos y de una gran belleza, aunque aún mantenían esa esencia que los caracterizó de niños. Por supuesto se dieron cuenta de que el matrimonio de sus padres era un completo desastre pero sabían que, por mantener las apariencias, jamás darían el paso de divorciarse aunque no es algo que a ellos les importara mucho, sobre todo a Tyler, que aborrecía a su padre y con su madre estaba en proceso de lo mismo. Por suerte se tenían el uno al otro para sobrellevar la situación pero todo cambió con el accidente.
Era Navidad. Tyler había estado posponiendo el momento de arreglarse para la cena hasta que no tuvo más remedio que hacerlo porque la propia Olympia le hubo dado el último toque de atención. En ese momento, Lena entró a su habitación pero ninguno de los dos imaginó que aquella iba a ser su última conversación.
De repente, la voz enfadada del padre de éstos resonó por el pasillo y unos cuatro chicos muy asustados salieron de sus habitaciones para ver qué ocurría. Como siempre, era algo que se había salido de madre: en esta ocasión fue una mancha en los zapatos del señor Hawkings.
Tyler, consciente de la expresión delatora que su hermana Olympia llevaba en la cara, cargó con la culpa con tal de protegerla llevándose un golpe en el acto. Lena acudió en su ayuda pero su padre la apartó con más fuerza de la necesaria y acabó cayendo por las escaleras. Aquel fue el fin de Helena Hawkings.
Después de aquel día, nada volvió a ser igual para Tyler. Pasaron semanas hasta que se decidió a salir de su habitación pero los días no eran lo mismo sin Lena. El joven Hawkings había perdido su otra mitad y con ella también se fueron su chispa, su sonrisa, todo. Lena se lo llevó todo con ella, y lo peor es que sólo él lloraba su pérdida además de sus hermanas. Quizá eso, el comportamiento de sus padres hacia la muerte de su propia hija, fue lo que lo empujó a rebelarse en contra de todo y todos dando que hablar a toda la comunidad.
Por supuesto, Tyler no nació siendo licántropo pero acabó convertido en uno a los veinte años. Estuvo de fiesta hasta las tantas de la madrugada pero en vez de volver a casa al terminar decidió dar vueltas por la ciudad hasta cansarse y una vez hubo recorrido todas y cada una de las calles decidió volver. El trayecto era largo, frío y oscuro, justo como se sentía él desde la muerte de su gemela; y tenía la sensación de que algo lo seguía pero no le importaba, de hecho, no sentía nada respecto a eso, ni siquiera nervios o crispación. Tyler vivía como anestesiado desde aquella fatídica Navidad.
Entonces ocurrió: algo, una especie de animal enorme, lo atacó. Al día siguiente el joven despertó en medio del bosque, desorientado, cubierto de su propia sangre y, aunque débil, consiguió volver a la mansión de sus padres donde se desplomó nada más cruzar el umbral de la puerta. Despertó de nuevo a la semana pero se sentía extraño, algo había cambiado dentro de él y podía sentirlo a la perfección.
En la siguiente luna llena todos descubrieron qué había cambiado en Tyler. Estaban cenando, cuando el joven empezó a sudar y a retorcerse de dolor. Olympia y Bega trataron de ayudarlo pero él las apartó a ambas de un manotazo o, mejor dicho, de un zarpazo; cuando se alzó de nuevo Tyler se había convertido en un enorme lobo negro. Su padre, actuando acorde a su cargo por una vez, apartó a sus hijas del animal y le disparó con una de las escopetas que adornaban el salón. El señor Hawkings ya estaba mayor por lo que su puntería no era demasiado buena pero sí lo suficiente para hacer huir a Tyler lejos.
Tyler es una persona complicada: no tiene problema alguno para relacionarse con la gente, pero prefiere como compañera la soledad que le dejó la pérdida de su hermana. Es bastante difícil definir al completo su personalidad puesto que, aunque es un hombre muy vivaz se nota que algo lo atormenta.
No soporta las injusticias; si ve algo que no le gusta o no le parece correcto, siempre va a decir lo que piensa. Esto mismo es lo que muchas veces le ha perdido: su franqueza. Puede ser una persona bastante extrovertida, que así lo es a la hora de relacionarse con los demás, pero en realidad no se abre tan fácilmente con respecto a sus sentimientos. Es bastante bueno ocultándolos, ya que nunca le ha interesado parecer vulnerable a los ojos de los demás.
Su carácter está dividido en dos: la parte formal y la parte juerguista. Es elocuente y sabe que palabras utilizar en todo momento, lo que lo hace ganarse a la mayoría de la gente, aunque también utiliza ese don para conseguir sus objetivos. También resalta por su astucia. A veces puede resultar demasiado arrogante y engreído, pues sabe del efecto que causa en las personas.
CURIOSIDADES:
―Sus amigos lo llaman gaditano por un viaje a Trebujena.
FC: Aaron Taylor-Johnson.
ESTADO: OCUPADO.
EDAD: 28 años.
ESPECIE: Licántropo.
OCUPACIÓN: Trabaja con Shawn en el refugio de animales.
HISTORIA: El 16 de septiembre de 1992 llegaron al mundo los gemelos Hawkings: Tyler y Helena, apodados Ty y Lena. A pesar de compartir y ser prácticamente iguales en muchas cosas, eran muy diferentes entre sí: Tyler era el divertido y optimista, confiado, se metía donde lo llamaban y donde no, y tenía una gran facilidad para hacer amigos y ser el centro de atención mientras que Helena era la intelectual, la dulce y amable, sabia quedarse al margen de los problemas y no se metía en la vida de los demás; en resumen, eran las dos caras de una misma moneda. Ambos chicos se complementaban el uno al otro y se mostraban completamente diferentes cuando estaban solos pues Ty era más tranquilo y sosegado, y Lena más abierta y cálida. Sobra decir, que los gemelos se protegían con uñas y dientes, e iban juntos a todas partes; compartían una conexión muy especial que solo aquellos que son gemelos pueden experimentar.
Nacieron dentro de una familia de clase alta; sus padres eran extremadamente adinerados por los que ni a éstos ni a sus hermanas, Olympia y Bega, la más mayor y la más pequeña respectivamente, les faltó nunca nada material. Pero sí que les faltó el calor del hogar. Los señores Hawkings miraban demasiado por las apariencias y el qué dirán como para prestar atención a sus hijos, sobre todo el señor Hawkings, que a veces se pasaba de déspota e incluso bruto. Los hermanos podían llevarse como sólo los hermanos podían hacerlo pero siempre se unían en contra de su padre e intentaban ayudarse en medida de lo posible.
Los años pasaron y los gemelos dejaron atrás la infancia para entrar en la pre-adolescencia, dejando atrás también la inocencia infantil. El tiempo hizo de ellos unos chicos maduros, inteligentes, astutos y de una gran belleza, aunque aún mantenían esa esencia que los caracterizó de niños. Por supuesto se dieron cuenta de que el matrimonio de sus padres era un completo desastre pero sabían que, por mantener las apariencias, jamás darían el paso de divorciarse aunque no es algo que a ellos les importara mucho, sobre todo a Tyler, que aborrecía a su padre y con su madre estaba en proceso de lo mismo. Por suerte se tenían el uno al otro para sobrellevar la situación pero todo cambió con el accidente.
Era Navidad. Tyler había estado posponiendo el momento de arreglarse para la cena hasta que no tuvo más remedio que hacerlo porque la propia Olympia le hubo dado el último toque de atención. En ese momento, Lena entró a su habitación pero ninguno de los dos imaginó que aquella iba a ser su última conversación.
De repente, la voz enfadada del padre de éstos resonó por el pasillo y unos cuatro chicos muy asustados salieron de sus habitaciones para ver qué ocurría. Como siempre, era algo que se había salido de madre: en esta ocasión fue una mancha en los zapatos del señor Hawkings.
Tyler, consciente de la expresión delatora que su hermana Olympia llevaba en la cara, cargó con la culpa con tal de protegerla llevándose un golpe en el acto. Lena acudió en su ayuda pero su padre la apartó con más fuerza de la necesaria y acabó cayendo por las escaleras. Aquel fue el fin de Helena Hawkings.
Después de aquel día, nada volvió a ser igual para Tyler. Pasaron semanas hasta que se decidió a salir de su habitación pero los días no eran lo mismo sin Lena. El joven Hawkings había perdido su otra mitad y con ella también se fueron su chispa, su sonrisa, todo. Lena se lo llevó todo con ella, y lo peor es que sólo él lloraba su pérdida además de sus hermanas. Quizá eso, el comportamiento de sus padres hacia la muerte de su propia hija, fue lo que lo empujó a rebelarse en contra de todo y todos dando que hablar a toda la comunidad.
Por supuesto, Tyler no nació siendo licántropo pero acabó convertido en uno a los veinte años. Estuvo de fiesta hasta las tantas de la madrugada pero en vez de volver a casa al terminar decidió dar vueltas por la ciudad hasta cansarse y una vez hubo recorrido todas y cada una de las calles decidió volver. El trayecto era largo, frío y oscuro, justo como se sentía él desde la muerte de su gemela; y tenía la sensación de que algo lo seguía pero no le importaba, de hecho, no sentía nada respecto a eso, ni siquiera nervios o crispación. Tyler vivía como anestesiado desde aquella fatídica Navidad.
Entonces ocurrió: algo, una especie de animal enorme, lo atacó. Al día siguiente el joven despertó en medio del bosque, desorientado, cubierto de su propia sangre y, aunque débil, consiguió volver a la mansión de sus padres donde se desplomó nada más cruzar el umbral de la puerta. Despertó de nuevo a la semana pero se sentía extraño, algo había cambiado dentro de él y podía sentirlo a la perfección.
En la siguiente luna llena todos descubrieron qué había cambiado en Tyler. Estaban cenando, cuando el joven empezó a sudar y a retorcerse de dolor. Olympia y Bega trataron de ayudarlo pero él las apartó a ambas de un manotazo o, mejor dicho, de un zarpazo; cuando se alzó de nuevo Tyler se había convertido en un enorme lobo negro. Su padre, actuando acorde a su cargo por una vez, apartó a sus hijas del animal y le disparó con una de las escopetas que adornaban el salón. El señor Hawkings ya estaba mayor por lo que su puntería no era demasiado buena pero sí lo suficiente para hacer huir a Tyler lejos.
Tyler es una persona complicada: no tiene problema alguno para relacionarse con la gente, pero prefiere como compañera la soledad que le dejó la pérdida de su hermana. Es bastante difícil definir al completo su personalidad puesto que, aunque es un hombre muy vivaz se nota que algo lo atormenta.
No soporta las injusticias; si ve algo que no le gusta o no le parece correcto, siempre va a decir lo que piensa. Esto mismo es lo que muchas veces le ha perdido: su franqueza. Puede ser una persona bastante extrovertida, que así lo es a la hora de relacionarse con los demás, pero en realidad no se abre tan fácilmente con respecto a sus sentimientos. Es bastante bueno ocultándolos, ya que nunca le ha interesado parecer vulnerable a los ojos de los demás.
Su carácter está dividido en dos: la parte formal y la parte juerguista. Es elocuente y sabe que palabras utilizar en todo momento, lo que lo hace ganarse a la mayoría de la gente, aunque también utiliza ese don para conseguir sus objetivos. También resalta por su astucia. A veces puede resultar demasiado arrogante y engreído, pues sabe del efecto que causa en las personas.
CURIOSIDADES:
―Sus amigos lo llaman gaditano por un viaje a Trebujena.
FC: Aaron Taylor-Johnson.
ESTADO: OCUPADO.
![Imagen](/uploads/8/0/0/6/80064202/published/jordanfisher-tout.png?1599404465)
NOMBRE: Elijah Dragos Cvetkov.
EDAD: 26 años
ESPECIE: Licántropo.
OCUPACIÓN: Camarero.
HISTORIA: Max Cvetkov y Anelyse Bothwell eran muy jóvenes cuando dejaron sus respectivas casas, huyendo de una vida para crear otra totalmente nueva. En aquel entonces les pareció una estupenda idea, y así fue los primeros años.
Anelyse dio a luz a un niño que rompió con su llanto el silencio que siempre abundaba en aquel pueblo cerca de los Montes Rila, en Bulgaria,
El pequeño se crió en aquella casa a orillas del mar sin más compañía que la de sus padres y algunos marineros que pasaban por allí de vez en cuando con sus barcos.
A medida que iba creciendo mostraba una actitud vivaracha, siempre estaba contento y a pesar de no tener amigos se apañaba con sus padres. Estos le instruyeron sobre los principales temas de la vida, tanto como de otras cosas como idiomas extranjeros, otras culturas, etc.
El problema llegó cuando a sus diez años su madre contrajo una extraña enfermedad que la hacía perder la cabeza rápidamente, por lo que en menos de un año ya no reconocía a su marido ni a su hijo y se volvió agresiva, completamente loca. Cuando el cabeza de familia salía a trabajar, Elijah padecía los maltratos de la que había sido su madre. Él lo entendía, en cierto modo. Su madre no tenía la culpa de aquello, pero cuando se miraba al espejo y observaba los cardenales que recorrían su cuerpo además del dolor que tenía que soportar, la ira ascendía hasta su garganta y lo asfixiaba.
Estuvo en aquella situación hasta que un día la mujer murió, pero a aquellas alturas el daño estaba hecho.
Tras aquella dura época se volvió todo lo solitario que puede ser una persona, no hablaba más que unas pocas palabras con su padre y pasaba largos períodos de tiempo fuera de casa, perdido por los enormes e imponentes bosques que rodeaban la zona.
Sin embargo, el joven estaba dispuesto a averiguar qué le había arrebatado a su cariñosa madre así que durante unos largos y desesperantes meses se dedicó a leer, estudiar, visitar diferentes bibliotecas y buscar en distintas páginas web pero no encontró nada. Elijah no consideraba el hecho de rendirse como una opción así que tomó otros caminos de investigación mucho más oscuros, unos que implicaban magia y fenómenos extraños. Nunca supo si su descubrimiento lo alivió o lo asustó más de lo que ya estaba: por lo visto, su madre era portadora del virus que convierte a los licántropos, y aunque ella no se transformaba en ningún animal peludo sí que sufría algunos de sus efectos como la pérdida de la noción y, en algunos casos, la muerte.
Toda esta información nueva lo llevó a hacerse la siguiente pregunta: ¿soy portador o contagiado? Por todos era sabido, gracias a las leyendas, que los licántropos de nacimiento manifestaban por primera vez sus poderes durante una luna llena. No había ninguna edad específica ni ninguna clase de rito, simplemente pasaba y ya.
Durante un tiempo, Elijah se encontró vigilándose muy de cerca a sí mismo, sobre todo, durante las noches de luna llena. Pero nada ocurría, así que el pecoso se relajó e incluso llegó a olvidar el tema. A veces, en la intimidad de su habitación, se reía de sí mismo por haber creído toda esa red de leyendas e historias sin sentido que le habían hecho creer que su madre se volvió loca a causa de un virus mitológico.
Todo cambió cuando, una noche de luna llena, el joven mantuvo una fuerte discusión con su padre. Los hechos ocurrieron muy deprisa: Elijah se desató, dejó que la ira que había contenido durante años contra su madre saliera a flote y entonces se transformó, atacando a su padre en el acto. Éste murió unos días después a causa de sus heridas. Fue entonces cuando el ahora licántropo empezó a creer fervientemente en todo lo que había leído y descubierto.
El joven Cvetkov consciente de que era un peligro, llenó su mochila con algo de ropa, comida y dinero y se marchó del que había sido su hogar buscando escapar.
Elijah es un chico irónico y de un carácter fuerte que parece estar dividido en dos: puede ser benevolente y cálido, o tornarse peligroso e incontrolable. Aun así, es alguien curioso a quién le gusta hacer amigos, aunque cuesta mucho tiempo ganarse su confianza. No es que no se fíe de la gente, es que no se fía de él mismo por lo que le hizo a su padre.
CURIOSIDADES:
―Es capaz de hacer cualquier cubo de rubik en menos de treinta segundos.
―En las noches de luna llena, noches en las que es más vulnerable, se esconde en el bosque para no hacerle daño a nadie.
―Los vampiros le causan una repulsión enorme.
―En realidad no le gusta su trabajo porque le quita muchas horas de sueño.
FC: Jordan Fisher.
ESTADO: LIBRE.
EDAD: 26 años
ESPECIE: Licántropo.
OCUPACIÓN: Camarero.
HISTORIA: Max Cvetkov y Anelyse Bothwell eran muy jóvenes cuando dejaron sus respectivas casas, huyendo de una vida para crear otra totalmente nueva. En aquel entonces les pareció una estupenda idea, y así fue los primeros años.
Anelyse dio a luz a un niño que rompió con su llanto el silencio que siempre abundaba en aquel pueblo cerca de los Montes Rila, en Bulgaria,
El pequeño se crió en aquella casa a orillas del mar sin más compañía que la de sus padres y algunos marineros que pasaban por allí de vez en cuando con sus barcos.
A medida que iba creciendo mostraba una actitud vivaracha, siempre estaba contento y a pesar de no tener amigos se apañaba con sus padres. Estos le instruyeron sobre los principales temas de la vida, tanto como de otras cosas como idiomas extranjeros, otras culturas, etc.
El problema llegó cuando a sus diez años su madre contrajo una extraña enfermedad que la hacía perder la cabeza rápidamente, por lo que en menos de un año ya no reconocía a su marido ni a su hijo y se volvió agresiva, completamente loca. Cuando el cabeza de familia salía a trabajar, Elijah padecía los maltratos de la que había sido su madre. Él lo entendía, en cierto modo. Su madre no tenía la culpa de aquello, pero cuando se miraba al espejo y observaba los cardenales que recorrían su cuerpo además del dolor que tenía que soportar, la ira ascendía hasta su garganta y lo asfixiaba.
Estuvo en aquella situación hasta que un día la mujer murió, pero a aquellas alturas el daño estaba hecho.
Tras aquella dura época se volvió todo lo solitario que puede ser una persona, no hablaba más que unas pocas palabras con su padre y pasaba largos períodos de tiempo fuera de casa, perdido por los enormes e imponentes bosques que rodeaban la zona.
Sin embargo, el joven estaba dispuesto a averiguar qué le había arrebatado a su cariñosa madre así que durante unos largos y desesperantes meses se dedicó a leer, estudiar, visitar diferentes bibliotecas y buscar en distintas páginas web pero no encontró nada. Elijah no consideraba el hecho de rendirse como una opción así que tomó otros caminos de investigación mucho más oscuros, unos que implicaban magia y fenómenos extraños. Nunca supo si su descubrimiento lo alivió o lo asustó más de lo que ya estaba: por lo visto, su madre era portadora del virus que convierte a los licántropos, y aunque ella no se transformaba en ningún animal peludo sí que sufría algunos de sus efectos como la pérdida de la noción y, en algunos casos, la muerte.
Toda esta información nueva lo llevó a hacerse la siguiente pregunta: ¿soy portador o contagiado? Por todos era sabido, gracias a las leyendas, que los licántropos de nacimiento manifestaban por primera vez sus poderes durante una luna llena. No había ninguna edad específica ni ninguna clase de rito, simplemente pasaba y ya.
Durante un tiempo, Elijah se encontró vigilándose muy de cerca a sí mismo, sobre todo, durante las noches de luna llena. Pero nada ocurría, así que el pecoso se relajó e incluso llegó a olvidar el tema. A veces, en la intimidad de su habitación, se reía de sí mismo por haber creído toda esa red de leyendas e historias sin sentido que le habían hecho creer que su madre se volvió loca a causa de un virus mitológico.
Todo cambió cuando, una noche de luna llena, el joven mantuvo una fuerte discusión con su padre. Los hechos ocurrieron muy deprisa: Elijah se desató, dejó que la ira que había contenido durante años contra su madre saliera a flote y entonces se transformó, atacando a su padre en el acto. Éste murió unos días después a causa de sus heridas. Fue entonces cuando el ahora licántropo empezó a creer fervientemente en todo lo que había leído y descubierto.
El joven Cvetkov consciente de que era un peligro, llenó su mochila con algo de ropa, comida y dinero y se marchó del que había sido su hogar buscando escapar.
Elijah es un chico irónico y de un carácter fuerte que parece estar dividido en dos: puede ser benevolente y cálido, o tornarse peligroso e incontrolable. Aun así, es alguien curioso a quién le gusta hacer amigos, aunque cuesta mucho tiempo ganarse su confianza. No es que no se fíe de la gente, es que no se fía de él mismo por lo que le hizo a su padre.
CURIOSIDADES:
―Es capaz de hacer cualquier cubo de rubik en menos de treinta segundos.
―En las noches de luna llena, noches en las que es más vulnerable, se esconde en el bosque para no hacerle daño a nadie.
―Los vampiros le causan una repulsión enorme.
―En realidad no le gusta su trabajo porque le quita muchas horas de sueño.
FC: Jordan Fisher.
ESTADO: LIBRE.
Femeninos
![Imagen](/uploads/8/0/0/6/80064202/published/lobo9.jpg?1565883210)
NOMBRE: Jenna Coffey.
EDAD: 26 años.
ESPECIE: Licántropa.
ESPECIE: Alfa.
HISTORIA: Jenna nació en Denali, Alaska, al igual que toda su familia. Su nacimiento se produjo unos años después del de Dereck, su hermano mayor, siendo así la segunda hija de los alfas y una de las herederas del cargo.
Pero el destino de Jenna Coffey iba más allá del liderazgo de la manada y todo tenía que ver con una antigua leyenda que envolvía a las mujeres de su familia, al menos a la pelirrojas. Esta decía que la mayor de las hijas pero la segunda en nacer sería el espíritu de Alaska; la perfecta combinación en el fuego y el hielo, y el nacimiento de Jenna se produjo en un amanecer con un cielo tan teñido de rojo que parecía estar ardiendo en llamas y en el que la nieve resplandecía más que nunca. Ninguno de sus parientes cercanos era pelirrojo ni tan pálido, de hecho, la última mujer de la familia con ese aspecto fue varias generaciones atrás pero de alguna manera, Jenna heredó esas características. Todo parecía indicar que Jenna era una bastarda pero entonces los ancianos de la tribu la examinaron y reconocieron al espíritu de Alaska en ella. Toda la familia se regocijó y lo celebró, y no tardaron en circular las historias de como el color del cielo durante ese amanecer junto con el brillo de la nieve se habían reflejado en su pelo y piel junto con otras mucho más inverosímiles.
Desde muy pequeña demostró que tenía grandísimas capacidades para con su condición: su entrada en fase siempre fue perfecta, poseía una fuerza y velocidad inigualables e incluso en alguna que otra ocasión se la había visto comunicarse con lobos. El consejo decidió que ella fuera la primera en la línea de sucesión en el cargo de alfa así que junto con su hermano, Jenna fue entrenada para hacer las veces de líder pero esta dejó muy claro que ese no sería su cometido en un futuro; mandar no iba con ella puesto que a la pelirroja tampoco le gustaba que le dijeran que hacer. Pero todos en la manada de los Coffey debían tener una función para la misma y Jenna no podía ser menos así que la instruyeron en el arte de la cacería y pronto se convirtió en la mejor cazadora que habían tenido jamás.
Con la muerte de su padre no lo pasó especialmente mal, ya que no estaban muy unidos. Al patriarca de los Coffey no le gustaba que su hija mayor hubiese renegado del cargo familiar para convertirse en cazadora y eso era motivo de constantes discusiones entre ellos.
Cuando Dereck tomó el mando, Jenna se encargó de aconsejarlo y guiarlo lo mejor que supo ya que, si bien Dereck era el de las decisiones claras y el de las dotes de liderazgo, Jenna era la que más tiempo había pasado con el resto de la manada y sabía todo acerca de todos, también influenciaba su condición como espíritu de Alaska pero eso era lo de menos. Entre los dos hicieron un buen trabajo, pero eso no los salvó de la envidia de otros.
Un día, Jenna se encontraba cazando en el bosque cuando oyó lo que parecía una pelea de lobos. No estaba segura de si eran lobos normales o licántropos, por eso se acercó, para asegurarse de que no pasaba nada. Y suerte que lo hizo, porque de no ser por ella, Dereck hubiera muerto a manos de los traidores al igual que su hermana, su madre y ella misma.
Después de aquello, Dereck, Jenna, su madre y una pequeña Rose (la cual nació años después de Jenna) tuvieron que huir lejos. Durante unos de sus muchos viajes, la madre de los chicos murió y eso dejó a un Dereck y a una Jenna muy inexpertos al cuidado de Rose. Aquellos años fueron muy duros para ella pues debía criar a una niña pequeña, trabajar y estudiar a la vez, y a todo eso se le sumaba que cada cierto tiempo debían cambiar de ciudad para que no los encontraran.
Durante ese tiempo, las discusiones eran casi diarias para los hermanos pues, aunque era consciente de sus responsabilidades, Jenna quería tener la vida de una adolescente normal y por eso se escapaba por las noches, para vivir. En una de esas muchas discusiones que tenía con Dereck, la joven decidió irse por su cuenta pues estaba cansada de la actitud de su hermano. Vagó por ahí durante meses hasta que llegó a la ciudad.
Jenna tiene una personalidad "poderosamente justa": es valiente, leal, confiable, dura no de un modo desagradable, pero tiene agallas. También es cálida y compasiva, además de divertida. Con el paso del tiempo, su personalidad pasó de ser dura, y a pesar de ser más emocional y mucho más despreocupada que sus hermanos, a ser más tierna y dulce, aunque conserva la habilidad de ser dura y fría en las ocasiones que lo demandan. Jenna es realista: entiende las situaciones y las acepta, sabe cuando no debe hacerse ilusiones para no acabar decepcionada. A pesar de todo esto, Jenna también es una chica bromista y fiestera, puede que la que más entre sus hermanos.
CURIOSIDADES:
―Vive obsesionada con los pastelitos de limón; si pudiera solo se alimentaría de ellos.
―Tiene una marca de nacimiento con forma de luna creciente en la muñeca derecha.
―A pesar de que le encanta su trabajo, no soporta lo sangrientas que son algunas cacerías. Es más, odia tener que alimentarse en su forma animal cada cierto tiempo.
―Olvidadiza es su segundo nombre, hiperactiva el tercero e imparable el cuarto.
―Adora sus hermanos, pero sobre todo a Rose ya que está muy unida a ella.
―Suele tener muchos roces con Dereck por la sobreprotección que ejerce tanto sobre Rose como sobre ella.
―Loba pelirroja de ojos azules; cuando su parte animal toma el control el color de sus ojos cambia a ámbar. Estos también cambian de color cuando se enfada.
―Para ella fue muy duro marcharse de Alaska pues, al ser lo que es, estaba muy ligada a su tierra y es un vacío que sabe que nunca va a poder llenar. Incluso ahora, después de tanto años, sigue afectándole el tema.
―Cuando se emborracha no puede usar sus poderes.
―Odia a los gatos y los gatos a ella. Es una relación sana y equilibrada que no tiene indicios de mejorar.
―Tiene dos hurones: Sagitario y Capricornia.
―En su forma humana tiene asma y miopía, en cambio, cuando se transforma no.
―Algo muy curioso de Jenna es que, aunque no para quieta nunca, a la hora de dormir es la persona más tranquila del mundo, muy raramente se mueve y alguna que otra vez han tenido que comprobar que seguía con vida.
FC: Sophie Turner
ESTADO: OCUPADA
EDAD: 26 años.
ESPECIE: Licántropa.
ESPECIE: Alfa.
HISTORIA: Jenna nació en Denali, Alaska, al igual que toda su familia. Su nacimiento se produjo unos años después del de Dereck, su hermano mayor, siendo así la segunda hija de los alfas y una de las herederas del cargo.
Pero el destino de Jenna Coffey iba más allá del liderazgo de la manada y todo tenía que ver con una antigua leyenda que envolvía a las mujeres de su familia, al menos a la pelirrojas. Esta decía que la mayor de las hijas pero la segunda en nacer sería el espíritu de Alaska; la perfecta combinación en el fuego y el hielo, y el nacimiento de Jenna se produjo en un amanecer con un cielo tan teñido de rojo que parecía estar ardiendo en llamas y en el que la nieve resplandecía más que nunca. Ninguno de sus parientes cercanos era pelirrojo ni tan pálido, de hecho, la última mujer de la familia con ese aspecto fue varias generaciones atrás pero de alguna manera, Jenna heredó esas características. Todo parecía indicar que Jenna era una bastarda pero entonces los ancianos de la tribu la examinaron y reconocieron al espíritu de Alaska en ella. Toda la familia se regocijó y lo celebró, y no tardaron en circular las historias de como el color del cielo durante ese amanecer junto con el brillo de la nieve se habían reflejado en su pelo y piel junto con otras mucho más inverosímiles.
Desde muy pequeña demostró que tenía grandísimas capacidades para con su condición: su entrada en fase siempre fue perfecta, poseía una fuerza y velocidad inigualables e incluso en alguna que otra ocasión se la había visto comunicarse con lobos. El consejo decidió que ella fuera la primera en la línea de sucesión en el cargo de alfa así que junto con su hermano, Jenna fue entrenada para hacer las veces de líder pero esta dejó muy claro que ese no sería su cometido en un futuro; mandar no iba con ella puesto que a la pelirroja tampoco le gustaba que le dijeran que hacer. Pero todos en la manada de los Coffey debían tener una función para la misma y Jenna no podía ser menos así que la instruyeron en el arte de la cacería y pronto se convirtió en la mejor cazadora que habían tenido jamás.
Con la muerte de su padre no lo pasó especialmente mal, ya que no estaban muy unidos. Al patriarca de los Coffey no le gustaba que su hija mayor hubiese renegado del cargo familiar para convertirse en cazadora y eso era motivo de constantes discusiones entre ellos.
Cuando Dereck tomó el mando, Jenna se encargó de aconsejarlo y guiarlo lo mejor que supo ya que, si bien Dereck era el de las decisiones claras y el de las dotes de liderazgo, Jenna era la que más tiempo había pasado con el resto de la manada y sabía todo acerca de todos, también influenciaba su condición como espíritu de Alaska pero eso era lo de menos. Entre los dos hicieron un buen trabajo, pero eso no los salvó de la envidia de otros.
Un día, Jenna se encontraba cazando en el bosque cuando oyó lo que parecía una pelea de lobos. No estaba segura de si eran lobos normales o licántropos, por eso se acercó, para asegurarse de que no pasaba nada. Y suerte que lo hizo, porque de no ser por ella, Dereck hubiera muerto a manos de los traidores al igual que su hermana, su madre y ella misma.
Después de aquello, Dereck, Jenna, su madre y una pequeña Rose (la cual nació años después de Jenna) tuvieron que huir lejos. Durante unos de sus muchos viajes, la madre de los chicos murió y eso dejó a un Dereck y a una Jenna muy inexpertos al cuidado de Rose. Aquellos años fueron muy duros para ella pues debía criar a una niña pequeña, trabajar y estudiar a la vez, y a todo eso se le sumaba que cada cierto tiempo debían cambiar de ciudad para que no los encontraran.
Durante ese tiempo, las discusiones eran casi diarias para los hermanos pues, aunque era consciente de sus responsabilidades, Jenna quería tener la vida de una adolescente normal y por eso se escapaba por las noches, para vivir. En una de esas muchas discusiones que tenía con Dereck, la joven decidió irse por su cuenta pues estaba cansada de la actitud de su hermano. Vagó por ahí durante meses hasta que llegó a la ciudad.
Jenna tiene una personalidad "poderosamente justa": es valiente, leal, confiable, dura no de un modo desagradable, pero tiene agallas. También es cálida y compasiva, además de divertida. Con el paso del tiempo, su personalidad pasó de ser dura, y a pesar de ser más emocional y mucho más despreocupada que sus hermanos, a ser más tierna y dulce, aunque conserva la habilidad de ser dura y fría en las ocasiones que lo demandan. Jenna es realista: entiende las situaciones y las acepta, sabe cuando no debe hacerse ilusiones para no acabar decepcionada. A pesar de todo esto, Jenna también es una chica bromista y fiestera, puede que la que más entre sus hermanos.
CURIOSIDADES:
―Vive obsesionada con los pastelitos de limón; si pudiera solo se alimentaría de ellos.
―Tiene una marca de nacimiento con forma de luna creciente en la muñeca derecha.
―A pesar de que le encanta su trabajo, no soporta lo sangrientas que son algunas cacerías. Es más, odia tener que alimentarse en su forma animal cada cierto tiempo.
―Olvidadiza es su segundo nombre, hiperactiva el tercero e imparable el cuarto.
―Adora sus hermanos, pero sobre todo a Rose ya que está muy unida a ella.
―Suele tener muchos roces con Dereck por la sobreprotección que ejerce tanto sobre Rose como sobre ella.
―Loba pelirroja de ojos azules; cuando su parte animal toma el control el color de sus ojos cambia a ámbar. Estos también cambian de color cuando se enfada.
―Para ella fue muy duro marcharse de Alaska pues, al ser lo que es, estaba muy ligada a su tierra y es un vacío que sabe que nunca va a poder llenar. Incluso ahora, después de tanto años, sigue afectándole el tema.
―Cuando se emborracha no puede usar sus poderes.
―Odia a los gatos y los gatos a ella. Es una relación sana y equilibrada que no tiene indicios de mejorar.
―Tiene dos hurones: Sagitario y Capricornia.
―En su forma humana tiene asma y miopía, en cambio, cuando se transforma no.
―Algo muy curioso de Jenna es que, aunque no para quieta nunca, a la hora de dormir es la persona más tranquila del mundo, muy raramente se mueve y alguna que otra vez han tenido que comprobar que seguía con vida.
FC: Sophie Turner
ESTADO: OCUPADA
![Imagen](/uploads/8/0/0/6/80064202/published/lobo10.jpg?1565883259)
NOMBRE; Rose Coffey.
EDAD: 19 años.
ESPECIE: Licántropo.
OCUPACIÓN: Policía.
HISTORIA: Nacida en Denali, Alaska, Rose es la menor de los hermanos Coffey. Su llegada fue algo inesperada pues habían pasado bastantes años desde que naciese Jenna, su hermana mayor, y nadie tenía pensado aumentar la familia con un miembro más. A pesar de aquello, fue recibida y cuidada con mucho amor. Al ser la pequeña, era el centro de atención de todo el mundo, sobre todo del de Magnus, su padre; ambos compartían la relación padre e hija perfecta.
Su edad no era demasiado avanzada cuando se produjo la gran pelea entre Jenna y sus padres que terminó de abrir la brecha de su familia, por eso apenas guarda recuerdos de aquel hecho aunque sí que recuerda los gritos de su padre y hermana, y algo relacionado con el espíritu de Alaska.
Rose creció ajena a todo el asunto del liderazgo de la manada, que bastante daño había hecho ya, a pesar de que era bastante buena en sus habilidad y en cierto modo eso fue lo que la salvó de verse privada de su libertad para contentar a otros. Rose era mucho más salvaje que Jenna si cabe y eso era lo que la hacía tan especial, por eso la adiestraron en la cacería junto con la mayor.
Pero un día, su mundo se vino abajo: su padre fue asesinado por los humanos.
Rose estuvo una semana sin salir de su habitación y para cuando lo hizo, Dereck ya se había convertido en el nuevo alfa. La pequeña solo contaba con unos ocho años por eso nunca llegó a comprender por qué su familia y ella tuvieron que irse del que fue su hogar aunque cuando alcanzó una edad más avanzada, su madre le explicó el verdadero motivo de su marcha e incluso el de la gran pelea entre Magnus y Jenna. Poco después, Rose se vio siendo criada por sus hermanos a los cuales quería pero tachaba de inexpertos en el cuidado de niños. En ese momento, la chica solo podía pensar en que pasaría si en un futuro tuviera sobrinos.
La chica estaba acostumbrada a las espantadas que pegaba Jenna cada vez que discutía con Dereck. A lo que no estaba acostumbrada era a que se fuera para no volver. Junto con su hermano, buscó a la pelirroja durante varios años en distintos sitios, pero en su lugar encontró Heaven's Town.
Puede que Rose sea la más salvaje entre sus hermanos, ya que puede ser muy agresiva tanto en su forma humana como transformada en loba; pero también es la más cariñosa de todos ellos. Rose, aunque a veces no lo parezca, es una chica que haría cualquier cosa por su familia y sus amistades. Es algo vengativa y bastante protectora, por lo que no muchos tienen el valor de insultarla, o algo parecido. Aún así, es muy sociable y muy popular entre sus amistades. Otra de sus muchas cualidades es la seguridad en si misma. Nunca se rinde: cuando tiene un objetivo en mente, persiste en él.
CURIOSIDADES:
―Está muy unida a Jenna.
―Odia que su hermano Dereck, sea tan protector con ella; por eso siempre se alía con Jenna cuando ambos discuten sobre este tema.
―Algunas noches se la puede escuchar aullando a la luna para honrar la memoria de su padre.
―Loba marrón de ojos grises.
FC: Maisie Williams.
ESTADO: OCUPADA.
EDAD: 19 años.
ESPECIE: Licántropo.
OCUPACIÓN: Policía.
HISTORIA: Nacida en Denali, Alaska, Rose es la menor de los hermanos Coffey. Su llegada fue algo inesperada pues habían pasado bastantes años desde que naciese Jenna, su hermana mayor, y nadie tenía pensado aumentar la familia con un miembro más. A pesar de aquello, fue recibida y cuidada con mucho amor. Al ser la pequeña, era el centro de atención de todo el mundo, sobre todo del de Magnus, su padre; ambos compartían la relación padre e hija perfecta.
Su edad no era demasiado avanzada cuando se produjo la gran pelea entre Jenna y sus padres que terminó de abrir la brecha de su familia, por eso apenas guarda recuerdos de aquel hecho aunque sí que recuerda los gritos de su padre y hermana, y algo relacionado con el espíritu de Alaska.
Rose creció ajena a todo el asunto del liderazgo de la manada, que bastante daño había hecho ya, a pesar de que era bastante buena en sus habilidad y en cierto modo eso fue lo que la salvó de verse privada de su libertad para contentar a otros. Rose era mucho más salvaje que Jenna si cabe y eso era lo que la hacía tan especial, por eso la adiestraron en la cacería junto con la mayor.
Pero un día, su mundo se vino abajo: su padre fue asesinado por los humanos.
Rose estuvo una semana sin salir de su habitación y para cuando lo hizo, Dereck ya se había convertido en el nuevo alfa. La pequeña solo contaba con unos ocho años por eso nunca llegó a comprender por qué su familia y ella tuvieron que irse del que fue su hogar aunque cuando alcanzó una edad más avanzada, su madre le explicó el verdadero motivo de su marcha e incluso el de la gran pelea entre Magnus y Jenna. Poco después, Rose se vio siendo criada por sus hermanos a los cuales quería pero tachaba de inexpertos en el cuidado de niños. En ese momento, la chica solo podía pensar en que pasaría si en un futuro tuviera sobrinos.
La chica estaba acostumbrada a las espantadas que pegaba Jenna cada vez que discutía con Dereck. A lo que no estaba acostumbrada era a que se fuera para no volver. Junto con su hermano, buscó a la pelirroja durante varios años en distintos sitios, pero en su lugar encontró Heaven's Town.
Puede que Rose sea la más salvaje entre sus hermanos, ya que puede ser muy agresiva tanto en su forma humana como transformada en loba; pero también es la más cariñosa de todos ellos. Rose, aunque a veces no lo parezca, es una chica que haría cualquier cosa por su familia y sus amistades. Es algo vengativa y bastante protectora, por lo que no muchos tienen el valor de insultarla, o algo parecido. Aún así, es muy sociable y muy popular entre sus amistades. Otra de sus muchas cualidades es la seguridad en si misma. Nunca se rinde: cuando tiene un objetivo en mente, persiste en él.
CURIOSIDADES:
―Está muy unida a Jenna.
―Odia que su hermano Dereck, sea tan protector con ella; por eso siempre se alía con Jenna cuando ambos discuten sobre este tema.
―Algunas noches se la puede escuchar aullando a la luna para honrar la memoria de su padre.
―Loba marrón de ojos grises.
FC: Maisie Williams.
ESTADO: OCUPADA.
![Imagen](/uploads/8/0/0/6/80064202/published/tumblr-pittvdi2et1xabebno1-540.png?1571933859)
NOMBRE: Yanet Díaz.
EDAD: 31 años.
ESPECIE: Licántropo.
OCUPACIÓN: Ayudante de Sarah en el taller.
HISTORIA: Un nacimiento prematuro en la seca llanura de La Habana, Cuba, tras tan sólo siete meses y tres semanas de gestación, sin duda supuso un antes y un después en las vidas de la familia Díaz; la hija menor del matrimonio se había quedado embarazada a los dieciséis años de edad y, como era normal en esa época, el supuesto padre de la criatura había huido de sus responsabilidades. Ello no alteró en absoluto el ajetreado ritmo de las vidas de esta gente poco pudiente, que más bien aspiraban a poder considerarse algún día de clase media. María, la madre, empleaba todo su tiempo libre en estudiar para labrarse un futuro con el que mantener a la pequeña Yanet. La abuela también pasaba las horas ocupada, en su caso trabajando, pues limpiaba la casa de una familia de ricos comerciantes de sustancias de dudosa procedencia y no regresaba al hogar hasta bien entrada la noche. Esto significaba que el encargado de cuidar de la niña era nada más y nada menos que su abuelo, un mecánico que había conseguido con los ahorros de toda una vida abrir un taller de coches en el garaje de su vivienda. Este hecho es relevante en la vida de Yanet, pues precisamente de crecer entre baterías, llaves inglesas, cables, alternadores y llantas de aluminio templado, venía su vocación para ser una reconocida mecánica.
Cualquier crío con cinco años hubiera pasado las tardes jugando con piedras, palos, coches, muñecas; salvo ella. Era una entre un millón, le divertía como a nadie enroscar tuercas y tornillos. Entre otros muchos objetos bastante peligrosos, a decir verdad. Pero era feliz, qué más daba el resto. También de su abuelo, a quien adoraba más que a nadie, obtuvo la forma de ser, tan arisca en ocasiones pero divertida, cómo no. Y la pasión por los coches. De pasar mucho tiempo arreglándolos, tanto Yanet como el no tan anciano señor Díaz conversaban largo y tendido acerca de qué coches de los disponibles en el mercado darían más en un ruedo, o de si las carreteras húmedas disminuían la adherencia pero aumentaban la velocidad.
A los siete años, toda la familia se movilizó a Miami con la idea de darle un mejor estilo de vida y una mejor educación a la chiquilla que tanto se había ganado los corazones de esta gente tan campechana. A su paso por el instituto, uno público de terrible reputación en la ciudad, no pasó desapercibida lo más mínimo; aunque claro, eso sucedió en su penúltimo curso, puesto que antes no se había metido en problemas excesivamente serios. Una apuesta supuso otro punto de no retorno que nadie olvidaría en mucho tiempo. Yanet tenía fama de ser demasiado bocazas, de no pensar dos veces las cosas antes de decirlas, y de ser tan valiente que pecaba de ingenua y atrevida. Sus buenos amigos lo sabían, y vigilaban que no se metiera en líos, pero la paz siempre termina por romperse, y hay veces que los ángeles de la guarda tienen que pestañear. En medio de una discusión bastante acalorada entre dos de los jóvenes más populares del centro, Yanet rio de la manera más sarcástica, déspota e irónica que pudo oírse retumbar entre las paredes. Se libró de golpe alguno, pero para demostrar que sabía más de coches que aquellos dos paletos aceptó echar una carrera en un descampado abandonado a las afueras de Miami esa misma noche.
Todo el mundo estaba allí. Sí, oía el rugido de la gente de todos los cursos, algunos incluso apostaban -sobre todo por los dos chicos, claro, dudaban de su capacidad y no les culpaba, no aparentaba dominar la mecánica en absoluto y sin embargo ahí se encontraba-. Para la ocasión, su abuelo no sólo la encubrió, sino que la permitió coger el evolucionado coche familiar, un Sedán Maestro del 93 que entre los dos habían pasado cerca de dos años arreglando y mejorando.
Los nervios que en un principio la inundaban desaparecieron en cuanto cerró la puerta del vehículo e introdujo la llave para hacer contacto y arrancar el motor. Solamente era ella contra la carretera y el entorno.
«Tres, dos, uno, ¡ya!».
Algo no iba bien, por más que giraba la llave, el motor no se encendía como debía. Un muchacho que se encontraba no demasiado lejos de ella se acercó a paso lento, amenazador, como si deseara que su presencia abarcara todo el espacio que le rodeaba, y se apoyó en la ventana de la morena. «Han amañado la carrera. Aquello de allí —señaló un bulto oscuro a su espalda— es la batería de tu coche». Yanet se quedó petrificada. Tenía que ser una maldita broma, esa gente tan... No le dio tiempo a terminar la retahíla de insultos que tenía pensada cuando se abalanzó sobre el muchacho convertida en una gran loba de pelaje negro. Por suerte no hubo víctimas mortales, pero eso no libró a la joven Yanet de tener que huir de la ciudad. Había oído historias acerca de grandes lobos que recorrían los bosques y las llanuras de todo el continente, pero jamás pensó que ella era uno de ellos.
Yanet es una muchacha afable y sincera, aunque tal vez demasiado. Eso no quita que no posea carácter, en absoluto, deja siempre muy claro que es latina con su forma de gesticular y de discutir. Es tozuda, malhablada y en muchas ocasiones vulgar. Peleona y fácil de enfadar, Yanet aprendió a boxear con trece años por obligación materna, para que en caso de estar en peligro fuera capaz de defenderse sola –hasta que dominase sus poderes–. Y vaya si lo hace, no duda ni un segundo en lanzar un derechazo. Intenta controlar su fuerza y su tremenda ira, pues le ha acarreado más de un problema no saber contenerse en ciertas situaciones. Por supuesto, también es una mujer muy luchadora y entregada, que persigue sus sueños y no se avergüenza de sus pasiones. Leal como una leona, se desvive por sus amigos y su familia, a quienes ama más que a nada en el mundo, ante todo al viejo señor Díaz, su abuelo. Bajo esta coraza tan dura que forma parte de su día a día, se esconde una chica insegura: siempre se rieron de ella por su familia, por cosas tan absurdas como su color de piel, su torpeza al aprender el inglés. Desde entonces ”mejor pedir perdón que permiso“ se ha convertido en su lema, y vaya si hace uso de él. En la mayoría de ocasiones, porque pedir permiso para asestar una patada no es algo muy común. Su complexión atlética favorece que tenga gran resistencia física ante intenso ejercicio, de pequeña tuvo que aprender a buscarse la vida sola en un barrio como el suyo. Para acompañar el hecho de que esté en forma nada mejor que una mente brillante.
CURIOSIDADES:
―La mecánica es lo suyo, se considera una a pesar de no tener título, y en el futuro, quién sabe, tal vez consiga tener su propio taller en honor al señor Díaz.
―Es la ayudante de Sarah MacDougall, la líder de los caídos, en su taller de mecánica.
FC: Ana de Armas.
ESTADO: LIBRE.
EDAD: 31 años.
ESPECIE: Licántropo.
OCUPACIÓN: Ayudante de Sarah en el taller.
HISTORIA: Un nacimiento prematuro en la seca llanura de La Habana, Cuba, tras tan sólo siete meses y tres semanas de gestación, sin duda supuso un antes y un después en las vidas de la familia Díaz; la hija menor del matrimonio se había quedado embarazada a los dieciséis años de edad y, como era normal en esa época, el supuesto padre de la criatura había huido de sus responsabilidades. Ello no alteró en absoluto el ajetreado ritmo de las vidas de esta gente poco pudiente, que más bien aspiraban a poder considerarse algún día de clase media. María, la madre, empleaba todo su tiempo libre en estudiar para labrarse un futuro con el que mantener a la pequeña Yanet. La abuela también pasaba las horas ocupada, en su caso trabajando, pues limpiaba la casa de una familia de ricos comerciantes de sustancias de dudosa procedencia y no regresaba al hogar hasta bien entrada la noche. Esto significaba que el encargado de cuidar de la niña era nada más y nada menos que su abuelo, un mecánico que había conseguido con los ahorros de toda una vida abrir un taller de coches en el garaje de su vivienda. Este hecho es relevante en la vida de Yanet, pues precisamente de crecer entre baterías, llaves inglesas, cables, alternadores y llantas de aluminio templado, venía su vocación para ser una reconocida mecánica.
Cualquier crío con cinco años hubiera pasado las tardes jugando con piedras, palos, coches, muñecas; salvo ella. Era una entre un millón, le divertía como a nadie enroscar tuercas y tornillos. Entre otros muchos objetos bastante peligrosos, a decir verdad. Pero era feliz, qué más daba el resto. También de su abuelo, a quien adoraba más que a nadie, obtuvo la forma de ser, tan arisca en ocasiones pero divertida, cómo no. Y la pasión por los coches. De pasar mucho tiempo arreglándolos, tanto Yanet como el no tan anciano señor Díaz conversaban largo y tendido acerca de qué coches de los disponibles en el mercado darían más en un ruedo, o de si las carreteras húmedas disminuían la adherencia pero aumentaban la velocidad.
A los siete años, toda la familia se movilizó a Miami con la idea de darle un mejor estilo de vida y una mejor educación a la chiquilla que tanto se había ganado los corazones de esta gente tan campechana. A su paso por el instituto, uno público de terrible reputación en la ciudad, no pasó desapercibida lo más mínimo; aunque claro, eso sucedió en su penúltimo curso, puesto que antes no se había metido en problemas excesivamente serios. Una apuesta supuso otro punto de no retorno que nadie olvidaría en mucho tiempo. Yanet tenía fama de ser demasiado bocazas, de no pensar dos veces las cosas antes de decirlas, y de ser tan valiente que pecaba de ingenua y atrevida. Sus buenos amigos lo sabían, y vigilaban que no se metiera en líos, pero la paz siempre termina por romperse, y hay veces que los ángeles de la guarda tienen que pestañear. En medio de una discusión bastante acalorada entre dos de los jóvenes más populares del centro, Yanet rio de la manera más sarcástica, déspota e irónica que pudo oírse retumbar entre las paredes. Se libró de golpe alguno, pero para demostrar que sabía más de coches que aquellos dos paletos aceptó echar una carrera en un descampado abandonado a las afueras de Miami esa misma noche.
Todo el mundo estaba allí. Sí, oía el rugido de la gente de todos los cursos, algunos incluso apostaban -sobre todo por los dos chicos, claro, dudaban de su capacidad y no les culpaba, no aparentaba dominar la mecánica en absoluto y sin embargo ahí se encontraba-. Para la ocasión, su abuelo no sólo la encubrió, sino que la permitió coger el evolucionado coche familiar, un Sedán Maestro del 93 que entre los dos habían pasado cerca de dos años arreglando y mejorando.
Los nervios que en un principio la inundaban desaparecieron en cuanto cerró la puerta del vehículo e introdujo la llave para hacer contacto y arrancar el motor. Solamente era ella contra la carretera y el entorno.
«Tres, dos, uno, ¡ya!».
Algo no iba bien, por más que giraba la llave, el motor no se encendía como debía. Un muchacho que se encontraba no demasiado lejos de ella se acercó a paso lento, amenazador, como si deseara que su presencia abarcara todo el espacio que le rodeaba, y se apoyó en la ventana de la morena. «Han amañado la carrera. Aquello de allí —señaló un bulto oscuro a su espalda— es la batería de tu coche». Yanet se quedó petrificada. Tenía que ser una maldita broma, esa gente tan... No le dio tiempo a terminar la retahíla de insultos que tenía pensada cuando se abalanzó sobre el muchacho convertida en una gran loba de pelaje negro. Por suerte no hubo víctimas mortales, pero eso no libró a la joven Yanet de tener que huir de la ciudad. Había oído historias acerca de grandes lobos que recorrían los bosques y las llanuras de todo el continente, pero jamás pensó que ella era uno de ellos.
Yanet es una muchacha afable y sincera, aunque tal vez demasiado. Eso no quita que no posea carácter, en absoluto, deja siempre muy claro que es latina con su forma de gesticular y de discutir. Es tozuda, malhablada y en muchas ocasiones vulgar. Peleona y fácil de enfadar, Yanet aprendió a boxear con trece años por obligación materna, para que en caso de estar en peligro fuera capaz de defenderse sola –hasta que dominase sus poderes–. Y vaya si lo hace, no duda ni un segundo en lanzar un derechazo. Intenta controlar su fuerza y su tremenda ira, pues le ha acarreado más de un problema no saber contenerse en ciertas situaciones. Por supuesto, también es una mujer muy luchadora y entregada, que persigue sus sueños y no se avergüenza de sus pasiones. Leal como una leona, se desvive por sus amigos y su familia, a quienes ama más que a nada en el mundo, ante todo al viejo señor Díaz, su abuelo. Bajo esta coraza tan dura que forma parte de su día a día, se esconde una chica insegura: siempre se rieron de ella por su familia, por cosas tan absurdas como su color de piel, su torpeza al aprender el inglés. Desde entonces ”mejor pedir perdón que permiso“ se ha convertido en su lema, y vaya si hace uso de él. En la mayoría de ocasiones, porque pedir permiso para asestar una patada no es algo muy común. Su complexión atlética favorece que tenga gran resistencia física ante intenso ejercicio, de pequeña tuvo que aprender a buscarse la vida sola en un barrio como el suyo. Para acompañar el hecho de que esté en forma nada mejor que una mente brillante.
CURIOSIDADES:
―La mecánica es lo suyo, se considera una a pesar de no tener título, y en el futuro, quién sabe, tal vez consiga tener su propio taller en honor al señor Díaz.
―Es la ayudante de Sarah MacDougall, la líder de los caídos, en su taller de mecánica.
FC: Ana de Armas.
ESTADO: LIBRE.
![Imagen](/uploads/8/0/0/6/80064202/negro4_1_orig.jpg)
NOMBRE: Olympia Hawkings.
EDAD: 29 años.
ESPECIE: Licántropo.
OCUPACIÓN: (a elección del user)
HISTORIA: Ser el hijo mayor dentro de una familia de clase alta nunca ha sido fácil sino que se lo digan a Olympia.
La joven nació una fría mañana de invierno, siendo la hija primogénita del matrimonio Hawkings y desde primera hora sus padres exigieron muchísimo de ella; tenía que ser tan perfecta que se olvidaron de que sólo era una niña.
Unos años después nacieron los gemelos, Tyler y Helena, y la corta vida de Olympia ya no fue tan solitaria. Con ellos aprendió lo que era jugar pero pronto se dio cuenta de que era la tercera en discordia en la relación de sus hermanos, que nunca podría tener ese vínculo que ellos compartían. Tyler y Lena eran un pack indivisible en el que ella no pintaba mucho, por eso decidió mantener las distancias con los mellizos.
Eran tres pero toda la presión seguía siendo para ella. Ser la mayor de sus hermanos la convertía en una especie de representante de la familia y debía dar la talla, por eso, cuando fallaba en algo, eran el triple de severos con ella. Pronto, Olympia se convirtió en toda una señorita de clase alta que intentaba hacer con sus hermanos lo mismo que sus padres hicieron con ella.
El modelo a seguir de ésta fue su madre, y en ella basó la mayor parte de su comportamiento. Copió el ademán frío y despectivo de la señora Hawkings y lo utilizó con todas las personas que no pertenecían a su círculo más cercano, pero entonces nació Bega, la menor y última de todos ellos.
Con el nacimiento de su hermana más pequeña, Olympia se sintió renacer. Se volvió una persona más amable que siempre buscaba pasar tiempo con ella y volvió a retomar la relación con los mellizos, aunque seguía siendo la más altiva de todos ellos. Al menos, por fin había unidad entre los hermanos, una unidad que usaban contra su padre al cual ninguno soportaba.
Pero esa atmósfera que habían creado entre los cuatro pronto se vio rota.
Era Navidad. Tyler había estado posponiendo el momento de arreglarse para la cena hasta que no tuvo más remedio que hacerlo porque la propia Olympia le hubo dado el último toque de atención. Ésta se encontraba dándose los últimos retoques frente al espejo cuando, de repente, la voz enfadada de su padre resonó por el pasillo y unos cuatro chicos muy asustados salieron de sus habitaciones para ver qué ocurría. Como siempre, era algo que se había salido de madre: en esta ocasión fue una mancha en los zapatos del señor Hawkings.
Olympia no era consciente de la expresión delatora que llevaba en la cara hasta que Tyler decidió intervenir por ella y cargó con la culpa con tal de protegerla llevándose un golpe en el acto. Lena acudió en su ayuda pero su padre la apartó con más fuerza de la necesaria y acabó cayendo por las escaleras. Aquel fue el fin de Helena Hawkings.
Después de aquel día, nada volvió a ser igual para Olympia. Sentía que su hermana había muerto por su culpa; si ella no hubiera tenido tanto miedo Tyler no se habría visto en la tesitura de tener que sacar la cara por ella, por ende, Lena no habría tratado de defenderlo de los golpes de su padre y no habría acabado cayendo por las escaleras. Para colmo, tampoco podía llorar la pérdida de ésta en público y Tyler había decidido encerrarse a cal y canto en su habitación por lo que Bega se convirtió en su único apoyo a pesar de su corta edad.
Los años pasaron y aunque Olympia no había logrado superar la traumática muerte de Lena sí que había aprendido a sobrellevarla, no como Tyler, que vivía atascado en aquel día. Muchas fueron las veces que trató hacerlo entrar en razón pero su hermano llevaba perdido mucho tiempo, tanto que ella misma pensaba que nunca lo recuperaría.
Entonces, una mañana, encontró al joven ensangrentado en el recibidor de la casa. Asustada antes la posibilidad de perder a otro hermano, dio la voz de alarma y no se separó de él hasta que se recuperó. Ella lo cuidó y se hizo cargo de él como haría una madre, siempre ayudada por Bega, por eso fueron testigos de los delirios que la fiebre provocaba en Tyler y ambas supieron que algo había cambiado en él. Lo confirmaron unas semanas después: estaban cenando cuando el joven empezó a sudar y a retorcerse de dolor. Olympia y Bega trataron de ayudarlo pero él las apartó a ambas de una manotazo o, mejor dicho, de un zarpazo; cuando se alzó de nuevo se había convertido en un enorme lobo negro al cual su padre disparó haciéndolo huir lejos.
Ninguno de los presentes olvidó aquel día pero evitaban sacar el tema, no era algo precisamente agradable de lo que hablar, pero las hermanas no podían dejarlo correr. Se obsesionaron con lo que ocurrido y empezaron a investigar que diantres le había pasado a su hermano, y en el proceso ellas corrieron la misma suerte.
Después toda una vida llena de lujos debido a su estatus y posición social, para Olympia lo más importante es la opinión de las personas sobre sus comportamientos, vestimentas y demás, por ello se esfuerza todo lo que puede en caer bien siempre y en decir cosas a las personas para complacerlas y ganarse un punto positivo a su favor. Inteligente, culta, siente una gran pasión por el arte del cine y la literatura, gusto que llega a compartir con Bega. Por esta misma razón, su naturaleza es dramática y con tendencia a la exageración, puede actuar sin pensar, y causar un escándalo por cosas que pueden ser insignificantes para unos pero importantes para ella según su manera de ver el mundo. Su tendencia a jugar sucio, y organizar planes macabros para conseguir lo que desea es su sello personal.
Durante gran parte de su vida, Olympia ha sido muy insegura de sí misma, compitiendo en muchas ocasiones con sus hermanas. Este aspecto de su personalidad la lleva a ser fría y manipuladora con las personas que la rodean, especialmente al querer superar todo aquello que se interponga en su camino. Sin embargo, dentro de su aparente sentido de superioridad, su corazón dulce en más de una ocasión demuestra un lado compasivo, bondadoso y con motivos sinceros hacia sus seres queridos.
CURIOSIDADES:
―Nadie, absolutamente nadie, puede acortar su nombre o ponerle un mote. Sólo responde ante Olympia.
―No lleva nada bien eso de que le salga pelo por todo el cuerpo.
―Es extremadamente susceptible con la gente que toca sus cosas.
FC: Alexandra Daddario.
ESTADO: LIBRE.
EDAD: 29 años.
ESPECIE: Licántropo.
OCUPACIÓN: (a elección del user)
HISTORIA: Ser el hijo mayor dentro de una familia de clase alta nunca ha sido fácil sino que se lo digan a Olympia.
La joven nació una fría mañana de invierno, siendo la hija primogénita del matrimonio Hawkings y desde primera hora sus padres exigieron muchísimo de ella; tenía que ser tan perfecta que se olvidaron de que sólo era una niña.
Unos años después nacieron los gemelos, Tyler y Helena, y la corta vida de Olympia ya no fue tan solitaria. Con ellos aprendió lo que era jugar pero pronto se dio cuenta de que era la tercera en discordia en la relación de sus hermanos, que nunca podría tener ese vínculo que ellos compartían. Tyler y Lena eran un pack indivisible en el que ella no pintaba mucho, por eso decidió mantener las distancias con los mellizos.
Eran tres pero toda la presión seguía siendo para ella. Ser la mayor de sus hermanos la convertía en una especie de representante de la familia y debía dar la talla, por eso, cuando fallaba en algo, eran el triple de severos con ella. Pronto, Olympia se convirtió en toda una señorita de clase alta que intentaba hacer con sus hermanos lo mismo que sus padres hicieron con ella.
El modelo a seguir de ésta fue su madre, y en ella basó la mayor parte de su comportamiento. Copió el ademán frío y despectivo de la señora Hawkings y lo utilizó con todas las personas que no pertenecían a su círculo más cercano, pero entonces nació Bega, la menor y última de todos ellos.
Con el nacimiento de su hermana más pequeña, Olympia se sintió renacer. Se volvió una persona más amable que siempre buscaba pasar tiempo con ella y volvió a retomar la relación con los mellizos, aunque seguía siendo la más altiva de todos ellos. Al menos, por fin había unidad entre los hermanos, una unidad que usaban contra su padre al cual ninguno soportaba.
Pero esa atmósfera que habían creado entre los cuatro pronto se vio rota.
Era Navidad. Tyler había estado posponiendo el momento de arreglarse para la cena hasta que no tuvo más remedio que hacerlo porque la propia Olympia le hubo dado el último toque de atención. Ésta se encontraba dándose los últimos retoques frente al espejo cuando, de repente, la voz enfadada de su padre resonó por el pasillo y unos cuatro chicos muy asustados salieron de sus habitaciones para ver qué ocurría. Como siempre, era algo que se había salido de madre: en esta ocasión fue una mancha en los zapatos del señor Hawkings.
Olympia no era consciente de la expresión delatora que llevaba en la cara hasta que Tyler decidió intervenir por ella y cargó con la culpa con tal de protegerla llevándose un golpe en el acto. Lena acudió en su ayuda pero su padre la apartó con más fuerza de la necesaria y acabó cayendo por las escaleras. Aquel fue el fin de Helena Hawkings.
Después de aquel día, nada volvió a ser igual para Olympia. Sentía que su hermana había muerto por su culpa; si ella no hubiera tenido tanto miedo Tyler no se habría visto en la tesitura de tener que sacar la cara por ella, por ende, Lena no habría tratado de defenderlo de los golpes de su padre y no habría acabado cayendo por las escaleras. Para colmo, tampoco podía llorar la pérdida de ésta en público y Tyler había decidido encerrarse a cal y canto en su habitación por lo que Bega se convirtió en su único apoyo a pesar de su corta edad.
Los años pasaron y aunque Olympia no había logrado superar la traumática muerte de Lena sí que había aprendido a sobrellevarla, no como Tyler, que vivía atascado en aquel día. Muchas fueron las veces que trató hacerlo entrar en razón pero su hermano llevaba perdido mucho tiempo, tanto que ella misma pensaba que nunca lo recuperaría.
Entonces, una mañana, encontró al joven ensangrentado en el recibidor de la casa. Asustada antes la posibilidad de perder a otro hermano, dio la voz de alarma y no se separó de él hasta que se recuperó. Ella lo cuidó y se hizo cargo de él como haría una madre, siempre ayudada por Bega, por eso fueron testigos de los delirios que la fiebre provocaba en Tyler y ambas supieron que algo había cambiado en él. Lo confirmaron unas semanas después: estaban cenando cuando el joven empezó a sudar y a retorcerse de dolor. Olympia y Bega trataron de ayudarlo pero él las apartó a ambas de una manotazo o, mejor dicho, de un zarpazo; cuando se alzó de nuevo se había convertido en un enorme lobo negro al cual su padre disparó haciéndolo huir lejos.
Ninguno de los presentes olvidó aquel día pero evitaban sacar el tema, no era algo precisamente agradable de lo que hablar, pero las hermanas no podían dejarlo correr. Se obsesionaron con lo que ocurrido y empezaron a investigar que diantres le había pasado a su hermano, y en el proceso ellas corrieron la misma suerte.
Después toda una vida llena de lujos debido a su estatus y posición social, para Olympia lo más importante es la opinión de las personas sobre sus comportamientos, vestimentas y demás, por ello se esfuerza todo lo que puede en caer bien siempre y en decir cosas a las personas para complacerlas y ganarse un punto positivo a su favor. Inteligente, culta, siente una gran pasión por el arte del cine y la literatura, gusto que llega a compartir con Bega. Por esta misma razón, su naturaleza es dramática y con tendencia a la exageración, puede actuar sin pensar, y causar un escándalo por cosas que pueden ser insignificantes para unos pero importantes para ella según su manera de ver el mundo. Su tendencia a jugar sucio, y organizar planes macabros para conseguir lo que desea es su sello personal.
Durante gran parte de su vida, Olympia ha sido muy insegura de sí misma, compitiendo en muchas ocasiones con sus hermanas. Este aspecto de su personalidad la lleva a ser fría y manipuladora con las personas que la rodean, especialmente al querer superar todo aquello que se interponga en su camino. Sin embargo, dentro de su aparente sentido de superioridad, su corazón dulce en más de una ocasión demuestra un lado compasivo, bondadoso y con motivos sinceros hacia sus seres queridos.
CURIOSIDADES:
―Nadie, absolutamente nadie, puede acortar su nombre o ponerle un mote. Sólo responde ante Olympia.
―No lleva nada bien eso de que le salga pelo por todo el cuerpo.
―Es extremadamente susceptible con la gente que toca sus cosas.
FC: Alexandra Daddario.
ESTADO: LIBRE.
![Imagen](/uploads/8/0/0/6/80064202/published/margaret-qualley-164f4754-60be-479c-8347-c0f2116d20a-resize-750.png?1598364590)
NOMBRE: Bega Hawkings.
EDAD: 23 años.
ESPECIE: Licántropo.
OCUPACIÓN: (a elección del user)
HISTORIA: A veces ser el más pequeño de la familia tampoco es plato de buen gusto y eso Bega Hawkings lo sabía muy bien.
Bega creció bajo la indiferencia de su madre aunque no se libró de la mano dura de su padre, pero estaba más protegida que sus hermanos mayores ya que no tardó en rodearse del cariño de éstos y del servicio de su casa, pero era Olympia quien estaba junto a ella en todo momento.
Al contrario que sus hermanos, la pequeña siempre estaba riendo o jugando, disfrutaba de su niñez como haría cualquier otro niño de su edad y era justo eso, su inocencia infantil, lo que no la dejaba percatarse de la verdadera situación de su familia. Cada vez veía a sus hermanos mayores con caras largas y ella lo atribuía a que simplemente estaban tristes, por eso intentaba hacerlos reír con sus tonterías. Pronto se convirtió en la reina de la casa, su alegría se contagiaba y siempre tenía una sonrisa para sus hermanos. Pero entonces todo cambió.
Era Navidad. Tyler había estado posponiendo el momento de arreglarse para la cena hasta que no tuvo más remedio que hacerlo porque la propia Olympia le hubo dado el último toque de atención. Bega simplemente jugaba en un rincón de su dormitorio cuando, de repente, la voz enfadada de su padre resonó por el pasillo y unos cuatro chicos muy asustados salieron de sus habitaciones para ver qué ocurría. Como siempre, era algo que se había salido de madre: en esta ocasión fue una mancha en los zapatos del señor Hawkings.
Bega, por su corta edad, no era consciente de lo que ocurría hasta que vio como su padre le pegaba a Tyler e inmediatamente se escondió tras Olympia. Lena acudió en su ayuda pero su padre la apartó con más fuerza de la necesaria y acabó cayendo por las escaleras. La niña había visto a a su hermana caerse infinidad de veces mientras jugaban pero en esa ocasión no se levantó, de hecho, nunca volvió a hacerlo.
Después de aquel día, nada volvió a ser igual para Bega. Para empezar le costó mucho comprender que Lena había muerto y que no volvería a colarse en su habitación por la noche para contarle historias, que no volverían a huir de la institutriz para comer gominolas a escondidas, pero lo que nunca pudo asimilar fue por qué Tyler había decidido darles la espalda. Bega solía ir a buscarlo a su habitación pero siempre recibía un gruñido como respuesta. Por suerte, aún le quedaba Olympia y eso, además de su inocencia infantil, la ayudó a superar la muerte de Lena.
Los años pasaron y Bega fue creciendo en la única compañía de su hermana mayor, la cual la cuidaba y protegía de una manera que nunca nadie había hecho antes. Se distanció completamente de Tyler y cuando se lo cruzaba por la casa bajaba la mirada porque de niña llegó a pensar que lo molestaba; se había quedado prácticamente sin familia a excepción de Olympia.
Entonces, una mañana, Olympia encontró a Tyler ensangrentado en el recibidor de la mansión. El miedo que sintió Bega en aquel momento solo era comparable al que sintió cuando vio a Lena caer por las escaleras tantos años atrás; daba igual la escasa relación que hubiera tenido con Tyler en todo ese tiempo, sencillamente no podía perderlo. Ayudó a Olympia a cuidarlo y por eso fue testigo de los delirios que la fiebre provocaba en Tyler. Ambas chicas supieron que algo había cambiado en él y lo confirmaron unas semanas después: estaban cenando cuando el joven empezó a sudar y a retorcerse de dolor. Olympia y ella trataron de ayudarlo pero él las apartó de un manotazo o, mejor dicho, de un zarpazo; cuando se alzó de nuevo se había convertido en un enorme lobo negro al cual su padre disparó haciéndolo huir lejos.
Ninguno de los presentes olvidó aquel día pero evitaban sacar el tema, no era algo precisamente agradable de lo que hablar, pero las hermanas no podían dejarlo correr. Se obsesionaron con lo que ocurrido y empezaron a investigar que diantres le había pasado a su hermano, y en el proceso ellas corrieron la misma suerte.
De carácter dulce, extrovertido y agradable, su amabilidad, generosidad y carisma la hacen muy apreciada entre sus compañeros y le hacen ganar amistades rápidamente con todos los que la rodean, aunque a veces tenga que escuchar que no está aprovechando todo su potencial.
CURIOSIDADES:
―Literalmente, repele la tecnología.
―Es aracnofóbica.
―Cuando se transforma parece más un cachorro que un lobo por su carácter juguetón.
FC: Margaret Qualley.
ESTADO: LIBRE.
EDAD: 23 años.
ESPECIE: Licántropo.
OCUPACIÓN: (a elección del user)
HISTORIA: A veces ser el más pequeño de la familia tampoco es plato de buen gusto y eso Bega Hawkings lo sabía muy bien.
Bega creció bajo la indiferencia de su madre aunque no se libró de la mano dura de su padre, pero estaba más protegida que sus hermanos mayores ya que no tardó en rodearse del cariño de éstos y del servicio de su casa, pero era Olympia quien estaba junto a ella en todo momento.
Al contrario que sus hermanos, la pequeña siempre estaba riendo o jugando, disfrutaba de su niñez como haría cualquier otro niño de su edad y era justo eso, su inocencia infantil, lo que no la dejaba percatarse de la verdadera situación de su familia. Cada vez veía a sus hermanos mayores con caras largas y ella lo atribuía a que simplemente estaban tristes, por eso intentaba hacerlos reír con sus tonterías. Pronto se convirtió en la reina de la casa, su alegría se contagiaba y siempre tenía una sonrisa para sus hermanos. Pero entonces todo cambió.
Era Navidad. Tyler había estado posponiendo el momento de arreglarse para la cena hasta que no tuvo más remedio que hacerlo porque la propia Olympia le hubo dado el último toque de atención. Bega simplemente jugaba en un rincón de su dormitorio cuando, de repente, la voz enfadada de su padre resonó por el pasillo y unos cuatro chicos muy asustados salieron de sus habitaciones para ver qué ocurría. Como siempre, era algo que se había salido de madre: en esta ocasión fue una mancha en los zapatos del señor Hawkings.
Bega, por su corta edad, no era consciente de lo que ocurría hasta que vio como su padre le pegaba a Tyler e inmediatamente se escondió tras Olympia. Lena acudió en su ayuda pero su padre la apartó con más fuerza de la necesaria y acabó cayendo por las escaleras. La niña había visto a a su hermana caerse infinidad de veces mientras jugaban pero en esa ocasión no se levantó, de hecho, nunca volvió a hacerlo.
Después de aquel día, nada volvió a ser igual para Bega. Para empezar le costó mucho comprender que Lena había muerto y que no volvería a colarse en su habitación por la noche para contarle historias, que no volverían a huir de la institutriz para comer gominolas a escondidas, pero lo que nunca pudo asimilar fue por qué Tyler había decidido darles la espalda. Bega solía ir a buscarlo a su habitación pero siempre recibía un gruñido como respuesta. Por suerte, aún le quedaba Olympia y eso, además de su inocencia infantil, la ayudó a superar la muerte de Lena.
Los años pasaron y Bega fue creciendo en la única compañía de su hermana mayor, la cual la cuidaba y protegía de una manera que nunca nadie había hecho antes. Se distanció completamente de Tyler y cuando se lo cruzaba por la casa bajaba la mirada porque de niña llegó a pensar que lo molestaba; se había quedado prácticamente sin familia a excepción de Olympia.
Entonces, una mañana, Olympia encontró a Tyler ensangrentado en el recibidor de la mansión. El miedo que sintió Bega en aquel momento solo era comparable al que sintió cuando vio a Lena caer por las escaleras tantos años atrás; daba igual la escasa relación que hubiera tenido con Tyler en todo ese tiempo, sencillamente no podía perderlo. Ayudó a Olympia a cuidarlo y por eso fue testigo de los delirios que la fiebre provocaba en Tyler. Ambas chicas supieron que algo había cambiado en él y lo confirmaron unas semanas después: estaban cenando cuando el joven empezó a sudar y a retorcerse de dolor. Olympia y ella trataron de ayudarlo pero él las apartó de un manotazo o, mejor dicho, de un zarpazo; cuando se alzó de nuevo se había convertido en un enorme lobo negro al cual su padre disparó haciéndolo huir lejos.
Ninguno de los presentes olvidó aquel día pero evitaban sacar el tema, no era algo precisamente agradable de lo que hablar, pero las hermanas no podían dejarlo correr. Se obsesionaron con lo que ocurrido y empezaron a investigar que diantres le había pasado a su hermano, y en el proceso ellas corrieron la misma suerte.
De carácter dulce, extrovertido y agradable, su amabilidad, generosidad y carisma la hacen muy apreciada entre sus compañeros y le hacen ganar amistades rápidamente con todos los que la rodean, aunque a veces tenga que escuchar que no está aprovechando todo su potencial.
CURIOSIDADES:
―Literalmente, repele la tecnología.
―Es aracnofóbica.
―Cuando se transforma parece más un cachorro que un lobo por su carácter juguetón.
FC: Margaret Qualley.
ESTADO: LIBRE.